Había una vez en un cerro vivía un conejito llamado Boni, era un conejito gris, de patitas negras y colita blanca.
Todos los días se reunía con sus cuatro amiguitos conejos, uno anaranjado y le decían el Naranjas, uno blanco le decían Blanquito, uno negro le decían el Negro y un pachón que le decían el Pelusas.
Se reunían junto a una peña y debajo de la sombra de un gran clasco, les gustaba mucho ese árbol por que daba una sombra grande y fresca.
Cerca de ahí se la pasaban comiendo y jugando, echaban chisme, se contaban adivinanzas, chistes, cuentos, jugaban a las atrapadas, a las escondidas, al lobito, a la papa caliente. Y así se la pasaban el medio día.
Al atardecer les daba sed, pero el pozo de agua estaba hasta el otro lado del cerro, tenían que caminar un buen rato para llegar, y con mucho cuidado por que los peligros siempre estaban a la vuelta de cualquier árbol.
Entre ellos se cuidaban, tenían un sistema para tomar agua y mantenerse a salvo, el cual consistía en que 4 conejos bebían agua y uno debía estar vigilando los alrededores para avisar de cualquier peligro a los demás, si encontraba algún peligro debía gritar¡¡¡ ki kiri kiiii, ki kiri kiii!!!!. Al terminar de tomar agua los demás vigilaban y el vigilante llegaba a tomar agua.
Ese día le toco al Naranjas ser vigilante, se puso de guardia mientras los demás bebían, todo transcurrió de manera tranquila así que terminaron de tomar agua y emprendieron el regreso a casa, jugando y cantando.
Los conejitos se fueron a descansar, pero Boni salió a la media noche y se fue a la fiesta de música electrónica que se desarrollaba entre los encinos bajo la luz de la luna.
El cuerpoespin estaba de Dj, Boni el conejo se reunió con la ardilla, el castor, el zorrito, el tlacuache, el mapache y gran revuelo hacia el armadillo, ni las patitas se les veían, saltaban y bailaba, bebían y comían.
La música sonaba punchis punchis punchis con la luz de la luna como testigo del pachangon.
Boni regreso a casa hasta las 6 de la mañana cuando el sol ya comenzaba a iluminar, pero debía reunirse con sus amigos conejos a las 7, por lo que solo llego a su cama se acostó un ratito y se levanto para tomar el camino al gran clasco.
Se reunió con sus amigos como siempre, pero estaba muuuuy cansado y desvelado, como todas las mañanas comieron, platicaron y jugaron, en la tarde les dio sed y se fueron al pocito de agua.
Llegando le dijeron a Boni que le tocaba hacer guardia, él dijo que si, y subió a la peñita de vigilancia, los demás se acercaron al pozo de agua confiados a beber, pero Boni encontró una sombrita se puso cómodo y sin darse cuanta se quedó dormido.
De pronto lo despertó un gran alboroto, se asomó y un águila andaba persiguiendo a sus amigos, el Pelusas por ser el más pachón corría menos, el águila lo noto, se fue tras él, el pobre Pelusas logro con mucho esfuerzo ponerse a salvo debajo de una piedra.
Boni grito kikiri kiiiii, kikiri kiiiii, pero era muy tarde. El águila al notar que los conejitos se habían escondido, emprendió el vuelo para irse de ahí.
Ya a salvo los conejitos salieron de sus escondites, Boni llego corriendo, pero sus amigos estaban muy enojados con él.
Boni les explico que se había ido de parranda la noche anterior y que andaba muy cansado y se quedó dormido, los conejitos lo sacaron del grupo y le dijeron que no querían juntarse con el de nuevo. Y ahí lo dejaron, se fueron a sus casitas.
Boni regreso muy triste a su casa y se acostó a dormir.
A la mañana siguiente se levantó como todos los días y trato de reunirse con sus amigo bajo la sombra del clasco, pero sus amigos seguían molestos y le dijeron que no querían que se juntara con ellos.
Boni no le quedo de otra que comer y andar solito. Al llegar la tarde, sabía que ellos irían a tomar agua, y tratando que no se dieran cuenta, los fue siguiendo de lejos.
Llegando al poso eligieron al Negro para que vigilara, los otros conejitos fueron a beber agua.
El Negro muy atento estaba vigilando los alrededores del pozo, al cielo y para él todo parecía en paz.
Boni en cambio, se dio cuenta de un gran peligro que acechaba al Negro por la espalda, era un coyote que silencioso se acercaba al Negro. Boni grito fuerte kikiri kiii kikiri kiiiii y grito ¡¡¡Negrooo de tras de tiiiiii!!!. Todos los conejitos se pusieron a salvo, El Negro miro de tras y vio unos ojos brillantes que se iban acercando y logro correr y bajar la peña y ponerse a salvo.
El coyote al no lograr su caza, se retiro del lugar.
Todos los conejitos salieron, y vieron a Boni, le dieron las gracias y se pusieron contentos, le dijeron que podía regresar al grupo, Boni muy contento acepto y les prometió que sería más cuidadoso.
Juntos regresaron platicando y cantando a sus casitas.
Fin