Había una vez, papá oso y bebe oso estaban en casa tranquilamente comiendo rodajas de pan con rica y deliciosa miel, era una tarde, llego mamá osa con una sonrisa en la cara, los saludo con gran entusiasmo y les dijo que tenia un anuncio que hacerles.
Les dijo, que creen, ¡¡mañana iremos a visitar a tía osaaa!!, bebe oso se puso muy contento.
Terminaron de comer y acomodaron sus cosas, bebe oso se encargo de llenar su mochilita de sus juguetes pequeños y favoritos, una libreta, sus colores para pintar no podían faltar.
Papá oso se encargo de preparar crujientes rodajas con pan y miel, algunas galletas y jugo para el camino.
Mamá osa saco la maleta de viaje y comenzó a llenar de ropa para todos, medicinas para el viaje, por si les dolía la pancita o se mareaban en el camino, también preparo unos ricos sándwiches y echo unas frutas para el recorrido.
Terminando las preparaciones se fueron a dormir, pero bebe oso o le agarraba sueño, por lo tanto, no dejaba dormir a sus padres, estos le dijeron que debía dormir por que debían levantarse muy temprano para tomar el autobús que los llevaría, después de un par de cuentos inventados sobre la marcha y muchas vueltas de bebe oso después, este quedo dormido al fin.
Antes de que saliera el sol mamá y papá oso se levantaron, y como era de esperarse les costo mucho despertar a bebe oso que parecía demasiado cómodo en su camita abrazando su peluche. Con los ojos aun cerrados lo prepararon para salir, prácticamente abrió los ojos hasta que sus papás lo obligaron poner los pies en el piso.
Al salir el aire fresco de la mañana los despertó de lleno y comenzaron a caminar en dirección al camino donde pasaba el autobús.
Justo llegaron cuando escucharon el sonido del claxon del autobús que anunciaba su paso algunas curvas más arriba.
Cuando se acercó el autobús bebe oso le dio risa ya que consistía en un gran elefante acondicionado con una pequeña escalera y una gran canasta con asientos en el lomo, el claxon no era más que su gran trompa, manejado por unos monitos.
Hicieron la parada y subió mamá oso, bebe oso y papá oso, se sentaron y el elefante inicio su marcha de nuevo, de pronto un animalito subía y otro bajaba.
Bebe oso muy contento se distrajo viendo los paisajes que iban pasando, montañas, ríos, barrancas, peñas, aves de varios colores volaban por aquí y por allá.
Pero siendo bebe oso, no paso mucho que se comenzó a aburrir y comenzó a preguntar la típica cantarera de ¿ya llegamos?, ¿ya llegamos?, ¿ya llegamos?,…., ¿ya llegamos?.
Papá oso se le ocurrió una idea, saco algunas rodajas de pan con miel, sándwich y jugo, bebe oso comió encantado y con pancita llena se relajo y trato de ver de nuevo los paisajes, pero sus ojos se cerraron y termino profundamente dormido, los papás aprovecharon y se taparon con una cobijita y se unieron al sueño de bebe oso.
Fue tan bueno el sueño que no despertaron hasta casi llegando a la base del cerrito donde debían bajar, gracias a que los monitos debieron contar un buen chiste que uno de ellos se le escapo tremenda carcajada.
Despertaron a bebe oso por que ya era hora de bajar, el papá oso solicito la parada, el elefante se acomodo cerca de una curva y bajo papá oso, bebe oso y mamá oso.
Comenzaron el viaje colina arriba para ir a casa de tía osa que vivía en la cima de la montaña, mas allá de las peñas.
Pero a medio camino bebe oso se canso de caminar, como hacia calor y estaba un gran clasco cerca del camino, les pareció buena idea detenerse a descansar un poco, se acomodaron en la sombra del árbol y sacaron los sándwiches y el jugo y se pusieron a comer y beber, terminando esperaron unos diez minutos y comenzaron a caminar de nuevo por que ya se estaba haciendo tarde.
Entre platicas, y un par de berrinches de bebe oso por la subida llegaron a la cima de la montaña, en la cima de una peña se encontraba una bonita casa echa de piedras, techo de madera, ventanas y puertas de madera y un gran jardín con varias platitas con frutas.
Mamá oso anuncio que llegaron a su destino, que esa es la casa de tía osa, mando a bebe oso a tocar la puerta, bebe oso tímidamente toco la puerta y después de un ratito se abrió la puerta y una sorprendida osa les dio la bienvenida.
Los invito a pasar, se sentaron a la mesa, y comenzaron a charlar del viaje, y demás temas que querían platicar. Bebe oso por su parte después de un rato salió a jugar al patio con sus juguetes, cuando de pronto la charla fue interrumpida por unos ruidos provenientes del patio, se asomaron rápido y cual fue la sorpresa encontrarse con un gallo atacando al pobre bebe oso, papá oso corrió a espantar al gallo mientras mamá oso corrió a levantar a un espantado bebe oso.
Trataron de tranquilizarlo, pero bebe oso señalo su piernita que le dolía, y notaron que tenia una herida por el picoteo del gallo feroz, rápidamente buscaron el botiquín de primeros auxilios y le limpiaron y aplicaron desinfectante y una pequeña curita a la herida.
Pasado la contingencia se pusieron a jugar, dibujar y hacer tarea para distraer a bebe oso.
Por la noche cenaron muy rico y cansados del viaje se fueron a dormir.
Por la mañana cuando bebe oso se espanto un poco por que no estaban sus papás en la cama, pero de pronto escucho unas risas en la cocina, se levantó, se puso sus chancletas, fue y se asomó y ahí estaban tomando un cafecito con tía osa.
Se acerco a la mesa y tomo asiento, le dieron una leche con chocolate y sirvieron un rico caldo de pollito, todos comieron a gusto.
Terminado el desayuno le dijeron a bebe oso que, si quería salir al patio a jugar, pero este dijo que no por que el gallo lo atacaría de nuevo, la tía osa le dijo que no, que el gallo ya no podría lastimarla por que ya estaba en sus pancitas.
Bebe oso ya tranquilo salió al patio y efectivamente pudo jugar sin ser atacado por el gallo feroz.
Por la tarde emprendieron el camino de regreso a casa, Tía osa les puso comida para llevar, bajaron el cerro y subieron al elefante bus de que los llevo a casa.
Fin